Para ampliar un poquito, sería bueno que pudisen visitar este video titulado El poder de un solo hombre, de información amena y sencilla que habla un poco más de la necesidad del hombre de querer el poder absoluto.
Lo Ordinario De La Historia Del Arte
Este blog se realizó en colaboración con Diego Olvera Cerecedo para la materia Historia del Arte
jueves, 8 de enero de 2015
miércoles, 7 de enero de 2015
EL NACIONALISMO Y LAS REFORMAS INSTITUCIONALES
Es importante por tanto aclarar que en el siglo XVI hubo una fuerte reivindicación del concepto de nacional, lo cual fue fundamental para la fundación de las monarquías absolutas, donde el mandatario pertenecía a ese territorio y gobernaba sobre todo él. Además, el rey se comprometía a levantar una Iglesia Nacional que reuniera a todos los habitantes del territorio y velara por sus intereses morales. De todas formas, este último punto nunca pudo llevarse completamente a la práctica, dado que muchos soberanos se mantuvieron fieles a los mandatos de Roma. De todas formas, hubo otros que no lo hicieron y de este modo surgieron ciertas reformas en la iglesia que llevarían al nacimiento de las Iglesias Nacionales.
Quienes encabezaron este movimiento nacionalista fueron los soberanos Lutero y Calvino, quienes en su teoría sobre el origen divino del poder real consiguieron separarse de lo establecido por la iglesia romana. Con el poder absoluto en su jurisdicción, los monarcas podían anular los derechos de pueblos enteros y, de este modo, ejercían su absolutismo. Este concepto que había surgido como la negación del feudalismo, no difiere en gran medida de éste: con una ley divina y una ley natural controlaban el accionar de todo el pueblo.
Como el absolutismo no representaba los intereses del pueblo y se había dividido profundamente la clase gobernante de quienes eran gobernados por ella, fueron necesarias diversas revoluciones que llevarían a la formación de los diversos Estados, integrados por personas surgidas de la comunidad, que representaran sus intereses y que no se separaran de ésta.
Lamentablemente, el ansia de poder y el abuso que el ser humano hace sistemáticamente de él siempre se hacen presente, por eso pese a que las monarquías absolutas han sido desintegradas, continúan surgiendo gobiernos absolutistas, las dictaduras son un ejemplo de ello.
Quienes encabezaron este movimiento nacionalista fueron los soberanos Lutero y Calvino, quienes en su teoría sobre el origen divino del poder real consiguieron separarse de lo establecido por la iglesia romana. Con el poder absoluto en su jurisdicción, los monarcas podían anular los derechos de pueblos enteros y, de este modo, ejercían su absolutismo. Este concepto que había surgido como la negación del feudalismo, no difiere en gran medida de éste: con una ley divina y una ley natural controlaban el accionar de todo el pueblo.
Como el absolutismo no representaba los intereses del pueblo y se había dividido profundamente la clase gobernante de quienes eran gobernados por ella, fueron necesarias diversas revoluciones que llevarían a la formación de los diversos Estados, integrados por personas surgidas de la comunidad, que representaran sus intereses y que no se separaran de ésta.
Lamentablemente, el ansia de poder y el abuso que el ser humano hace sistemáticamente de él siempre se hacen presente, por eso pese a que las monarquías absolutas han sido desintegradas, continúan surgiendo gobiernos absolutistas, las dictaduras son un ejemplo de ello.
OTROS EJEMPLOS DE MONARCAS ABSOLUTOS
Isabel I de Inglaterra
Catalina II de Rusia (apodada La Grande)
Pedro I de Rusia (apodado El Grande)
UN POCO MÁS DE SU HISTORIA
El sentido claro del concepto "absolutismo" hace referencia a las monarquías absolutas que gobernaron Europa entre los siglos XIV al XVIII.
Los orígenes del absolutismo tienen su lugar en Francia, ahí se desarrolló la Teoría del derecho divino del poder real. La cuál supone que ciertas personas han sido elegidas por Dios para ejercer el Gobierno; en las versiones más radicales del absolutismo, el mismo monarca era considerado Dios.
Bajo esta forma de gobierno, el rey es la ley, ya que es quien decide qué cosas y cómo pueden hacerse. Las leyes son dictadas de acuerdo a sus intereses y a los de la nobleza, que aconseja al rey aunque éste siempre tome la última decisión.
Por lo general, el rey absolutista mantiene un trato paternal con el pueblo, aunque muestra su despotismo cada vez que es necesario.
El rey absolutista ocupa su trono de manera vitalicia. El poder es hereditario: cuando muere el rey, su hijo ocupa su lugar.
El rey también maneja la iglesia, en especial su parte administrativa y lo relacionado a las riquezas. Las cuestiones vinculadas a la fe y las creencias quedan a cargo del clero.
Más allá de que el poder se centralice en una única persona, el régimen absolutista cuenta con burócratas y funcionarios públicos que se encargan del correcto funcionamiento del sistema, embajadores y delegados que firman tratados comerciales y de guerra con otras regiones y un ejército que mantiene el orden.
Una frase sumamente famosa y que define claramente este concepto. Dice “El Estado soy yo” y se le ha adjudicado a Luis XIV de Francia quien estaba tranquilo en su trono pues sabía que no existían límites jurídicos ni de ninguna otra índole que se interpusieran entre sus ideas y la práctica de las mismas.
El sentido claro del concepto "absolutismo" hace referencia a las monarquías absolutas que gobernaron Europa entre los siglos XIV al XVIII.
Los orígenes del absolutismo tienen su lugar en Francia, ahí se desarrolló la Teoría del derecho divino del poder real. La cuál supone que ciertas personas han sido elegidas por Dios para ejercer el Gobierno; en las versiones más radicales del absolutismo, el mismo monarca era considerado Dios.
Bajo esta forma de gobierno, el rey es la ley, ya que es quien decide qué cosas y cómo pueden hacerse. Las leyes son dictadas de acuerdo a sus intereses y a los de la nobleza, que aconseja al rey aunque éste siempre tome la última decisión.
Por lo general, el rey absolutista mantiene un trato paternal con el pueblo, aunque muestra su despotismo cada vez que es necesario.
El rey absolutista ocupa su trono de manera vitalicia. El poder es hereditario: cuando muere el rey, su hijo ocupa su lugar.
El rey también maneja la iglesia, en especial su parte administrativa y lo relacionado a las riquezas. Las cuestiones vinculadas a la fe y las creencias quedan a cargo del clero.
Más allá de que el poder se centralice en una única persona, el régimen absolutista cuenta con burócratas y funcionarios públicos que se encargan del correcto funcionamiento del sistema, embajadores y delegados que firman tratados comerciales y de guerra con otras regiones y un ejército que mantiene el orden.
Una frase sumamente famosa y que define claramente este concepto. Dice “El Estado soy yo” y se le ha adjudicado a Luis XIV de Francia quien estaba tranquilo en su trono pues sabía que no existían límites jurídicos ni de ninguna otra índole que se interpusieran entre sus ideas y la práctica de las mismas.
ABSOLUTISMO
DEFINICIÓN:
El absolutismo es un sistema de gobierno absoluto, en el cuál el poder reside en una sola persona que manda sin rendir cuentas de sus actos a un parlamento o, en general, a alguna sociedad. El absolutismo fue algo muy común desde el siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XIX ,cuando diversas revoluciones lo derrocaron.
Luis XIV llamado El Rey Sol y el máximo exponente del absolutismo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)